en el interior de Estados Unidos, se han construido campamentos y se han instalado barreras de concreto como parte de las medidas de seguridad implementadas por el gobierno. Esta acción ha generado controversia y críticas por parte de grupos defensores de los derechos humanos y de algunos políticos, quienes consideran que se está militarizando la frontera de manera innecesaria.
El gobierno de México ha expresado su preocupación por la presencia de militares estadounidenses en la frontera y ha pedido que se respeten los derechos de los migrantes. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado que la solución a la migración debe ser abordada de manera integral, con enfoque en el desarrollo y la cooperación entre países.
Mientras tanto, en Estados Unidos, se ha anunciado que el despliegue de las tropas en la frontera podría durar varios meses, lo que ha generado preocupación sobre el impacto que esto pueda tener en la relación con México y en la seguridad de la región. Además, se espera que esta medida tenga repercusiones políticas en el país, especialmente de cara a las elecciones presidenciales de 2020.
En medio de este panorama, la presencia de los marines en la frontera sur sigue generando debate y división entre quienes apoyan y quienes rechazan la estrategia del gobierno de Donald Trump para abordar el tema migratorio. Mientras tanto, la situación en la frontera continúa siendo compleja, con miles de migrantes que siguen llegando en busca de mejores oportunidades y de seguridad.
